¡Si vienes a Sevilla y no visitas el barrio de la Macarena, te estás perdiendo una joya! Aquí tienes una lista de lugares que no te puedes perder, con una pizca de gracia y mucho encanto:

• Hospital de las Cinco Llagas (hoy Parlamento de Andalucía): un edificio majestuoso cargado de historias, fantasmas incluidos. ¿Sabías que se habla del espectro de Sor Úrsula? 👻 ¡Para no perdérselo!

• Murallas de la Macarena: un pedacito de la Sevilla más antigua, que te hace sentir como si cruzaras a otra época. Es uno de los pocos tramos de muralla que quedan en pie. ¡Y las vistas desde allí son un puntazo!

• Basílica de la Esperanza Macarena: uno de los templos más queridos por los sevillanos. Aquí está la Virgen más piropeada de Sevilla. Devoción, arte y emoción en estado puro.

• Iglesias históricas: como San Gil, Santa Marina o San Marcos, construidas sobre antiguas mezquitas, con alminares y decoración mudéjar que te dejarán con la boca abierta. ¡Es como un viaje por la historia en pocos metros!

• La última carbonería de Sevilla: un rincón único que te conecta con los oficios tradicionales. Es de esos sitios que parecen sacados de un cuento.

• Palacio de los Marqueses de la Algaba: ahora Centro de Arte Mudéjar, ideal para conocer cómo se mezclan culturas en Sevilla. Entrada gratuita y fresquito asegurado.

• Mercado de la calle Feria: la plaza de abastos más antigua de Sevilla, llena de color, vida y productos de la tierra. Si es jueves, pásate por el mercadillo vintage de al lado, ¡nunca sabes qué tesoro encontrarás!

• Alameda de Hércules: zona de tapeo, arte urbano y mucha vida local. Aquí late el corazón moderno de la Macarena.

• San Luis de los Franceses: una iglesia espectacular, escondida, con columnas salomónicas que parecen bailar. ¡Una joya del barroco sevillano!

• Corralones: patios comunitarios llenos de macetas, vecinos simpáticos y talleres de artesanía donde aún se conservan oficios casi perdidos.

• Palacio de las Dueñas: antigua casa de la Duquesa de Alba y cuna de Antonio Machado. Un lugar mágico donde la historia se mezcla con los versos y los jardines huelen a azahar.

¿Por qué hay que verlo todo? Porque en la Macarena cada calle cuenta una historia, cada rincón tiene alma, y lo cotidiano se convierte en arte. Es una Sevilla menos turística, pero más auténtica, más cercana, más real. Aquí no vienes solo a ver, vienes a sentir.

¡Y sí, las tapas también están buenísimas!