(Calle Gerona, 42)
Se trata de uno de los bares más antiguos de Sevilla y de gran tradición. Con aspecto de taberna de toda la vida y tapas de las más ricas.
Te recomendamos tomarte unas espinacas con garbanzos, pavías de bacalao, croquetas, tapa de buen jamón serrano, ricas coquinas, un arroz caldoso de marisco. Hacen un rico Caldo con huevo y jamón. De postre un delicioso flan casero y queso con cabello de Ángel. Saldrás encantado!!
(Calle Fernández y González 38)
Unas tostas de huevos fritos de conorniz sobre jamón serrano, un rico solomillo al whisky, un manjar blanco (que es pechuga de pollo empanada con salsa por encima), un roquefort dulce con moras, un solomillo al roquefort, o un paté de pato con compañía, entre otras muchas tapas.
(Calle Adolfo Rodríguez Jurado, 16)
Ubicadas en pleno centro de Sevilla, las bodeguitas Antonio Romero son una excelente opción para hacer una pausa y recargar energías después de recorrer los alrededores de la Real Maestranza y el barrio del Arenal.
Además de sus emblemáticos montaditos Piripi, sello distintivo del lugar, también ofrecen otros clásicos de su carta como el montadito de pringá, la tortilla de patatas, la carrillada o el choco en su tinta.
(Calle García de Vinuesa, 11)
Fundado en 1850, este emblemático establecimiento comenzó su andadura como tienda y bodega, donde se despachaban vinos de Valdepeñas. Hoy en día, se ha consolidado como una de las tabernas tradicionales de referencia en Sevilla para disfrutar del auténtico tapeo sevillano.
En su carta destacan platos típicos del recetario andaluz, como la carrillada ibérica, albóndigas de carne o de chocos, ensaladilla, montaditos o las clásicas pavías de bacalao. También son muy reconocidos sus guisos caseros, como el potaje de garbanzos, el cocido de tagarninas o el menudo, junto a una cuidada selección de conservas, salazones y ahumados.
(Calle Sta. María de Gracia, 13)
Esta taberna, situada junto a La Campana, destila autenticidad por los cuatro costados y presume de contar con una de las cartas de vinos generosos del Marco de Jerez más completas de la ciudad. Estos se sirven en un ambiente castizo, entre azulejos tradicionales, y se acompañan de una cuidada selección de montaditos, conservas, chacinas, guisos caseros, salazones y ahumados.
No abre por la noche y suele llenarse con rapidez, por lo que conviene ir con tiempo.
(Calle Gamazo, 7)
Peculiar donde los haya, este es uno de los establecimientos con más encanto del centro de Sevilla, ideal para sorprender a invitados de fuera. Antiguo punto de encuentro de toreros, se encuentra en la trastienda de un ultramarinos que ha sabido conservar todo su sabor y autenticidad.
El visitante podrá deleitarse con un botellín bien frío y algunas de las viandas servidas en papel de estraza, así como con sus clásicos emparedados.
(Calle Rodrigo Caro 1)
Este es de los sitios de toda la vida, que gusta a todos. Para pedir tienen de tapas, desde montadito de «pringá» un clásico, tortillitas de bacalao, tortillita de camarones, buñuelos de bacalao, revuelto de calabacín, paella, salmorejo o solomillo al whisky, además de otros muchos guisos, revueltos, fritos y demás.
(Calle Santa Teresa 2)
Este bar está situado en el barrio de Santa Cruz, muy cercano al anterior. Te puedes comer un rico lomo con tomates, espinacas con garbanzos, una carrillá ibérica, un sabroso atún encebollado, unas gambas al ajillo, una tortillita de camarones, unas pavías de bacalao, o calamares fritos, punta de solomillo al whisky, champiñón plancha, chipirón plancha, etc.
(Calles Antillano Campos 26 y Pagés del Corro 76)
Típico bar de toda la vida en Triana, donde te debes pedir una buena tapa de punta de solomillo y otra de champiñones plancha, mínimo!!.
(Calle Castilla 151 y Ronda Triana 1)
Sol y sombra es sinónimo de solera y uno de esos bares imprescindibles para descubrir las entrañas de este barrio. Gran variedad de tapas, embutidos y otras viandas a precios ajustadísimos.
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